jueves, 3 de marzo de 2011

LOS PRINCIPIOS CENTRALES DEL PERONISMO

Aún cuando los principios fundantes y centrales del pensamiento peronista son las tres banderas (la construcción de una patria socialmente libre, económicamente justa y políticamente soberana), existen dos pilares centrales sobre los cuales se desarrollan el conjunto de los valores y principios peronistas. Estos son:

LA COMUNIDAD ORGANIZADA:
Es indudable que dentro del Justicialismo la expresión “Comunidad Organizada” es mencionada reiteradamente por dirigentes y cuadros del peronismo, aunque no siempre se entiende de la misma manera.
Perón expone su concepto de la Comunidad Organizada en su libro “Política y Estrategia” afirmando: “El imperativo de la comunidad organizada: Es por esto que las grandes alternativas que presenta la historia a nuestro país, terminan deduciéndose y no postulándose. Como deducción de la experiencia que viene de la historia, cada día se ahonda más el imperativo moderno de la Comunidad Organizada como punto de partida de toda idea de formación y consolidación de las nacionalidades”.
“El Justicialismo concibe al gobierno como el órgano de la concepción y planificación, y por eso es descentralizado; y al pueblo como el elemento de acción, y para ello debe también estar organizado. Vemos entonces como eso factores, gobierno, Estado y pueblo deben actuar armónicamente coordinados y equilibradamente compensados en la ejecución de la misión común. Para que ello ocurra, son necesarias una subordinación ajustada absoluta del Estado al Gobierno y una colaboración y cooperación inteligentes de las distintas fuerzas del pueblo con el gobierno y las instituciones estatales”.
Las “organizaciones libres del pueblo” tienen para el peronismo un papel y una responsabilidad sustancial en la comunidad organizada. La Iglesia, en su doctrina social, denomina a éstas las sociedades intermedias.
Para Perón, éstas - las organizaciones libres del pueblo - deben ser factores concurrentes en los aparatos del Estado, de modo tal que - preservando su autonomía - no sean absorbidas por el Estado (como ocurre con el fascismo), pero que tampoco sean instrumentadas en contra del Estado para la toma del poder (como ocurre con el pensamiento y la práctica marxista).
Continúa Perón manifestando: “Las instituciones estatales, orgánicamente dependientes del gobierno, están naturalmente tuteladas en su acción por el mismo. Las instituciones populares deben recibir idéntico trato, ya que son el pueblo mismo, no está en manos del gobierno organizarlas, porque esa organización, para que sea eficaz y constructiva, debe ser popularmente libre”.
Las sociedades intermedias u organizaciones libres del pueblo tienen una autonomía que impide que el Estado se entrometa en sus vida, porque “al sentido de la comunidad se llega desde abajo y no desde arriba” (Perón, La Comunidad Organizada).
“Esto significa que la Comunidad Organizada no debe ser un orden impuesto desde arriba, sino que es un orden impuesto por la base misma. Es así que estas organizaciones naturales de la comunidad surgen de abajo hacia arriba, de manera libre y su función es ser factores concurrentes en los aparatos del Estado”. (Alberto Buela, Aportes al Pensamiento Nacional)
“Lo interesante es que, dentro del proyecto de Comunidad Organizada, los diferentes organismos libres del pueblo se incluyen en la gestión política, sin que por ello sean empleados del gobierno de turno, sino que se insertan en los diferentes aparatos del Estado por su capacidad de sugerir, proponer, orientar e incluso presionar en el ámbito que es propio de su interés, para que las cosas se hagan lo mejor posible”. (Alberto Buela, ibídem)
“Entonces podemos decir que la idea de la Comunidad Organizada se apoya en los siguientes postulados:
1. El hombre es libre sólo en una comunidad libre.
2. Tiene incidencias reales en la vida de la sociedad, en la medida en que está organizado, tanto sea por solidaridad local como profesional ;y
3. Puede acceder a una vida próspera y feliz en tanto que logra establecer una Justicia Social distributiva, a partes proporcionales para los miembros de la comunidad.
De este modo los ideales de libertad, justicia y solidaridad son los postulados y las condiciones necesarias para llevar a cabo la idea de Comunidad organizada” (Alberto Buela, ibídem).
Por último Perón dice: “Nuestra comunidad, a la que debemos aspirar, es aquella donde la libertad y la responsabilidad son causa y efecto de que exista una alegría de ser, fundada en la persuasión de la dignidad propia. Una Comunidad donde el individuo tenga realmente algo que ofrecer al bien general, algo que integrar y no sólo su presencia muda y temerosa” (La Comunidad Organizada, Capítulo 21, parágrafo 12).

LA POLITICA COMO INSTRUMENTO SUSTANTIVO DE LA CONSTRUCCION SOCIAL:

“La política es lo más complejo y lo más precioso que existe: La vida, el destino, la libertad de los individuos, las colectividades, y de ahora en adelante de la humanidad. Y sin embargo es en la política donde reinan las ideas más simplistas, las menos fundadas,......La política requiere vitalmente un pensamiento que pueda alzarse al nivel de complejidad del problema político en sí mismo y pueda responder a la voluntad de vivir de especie humana” (Edgar Morin)
Para nosotros, la política es a la construcción social lo que la filosofía es al conjunto de las ciencias.
Etimológicamente hablando, es de la misma familia que la palabra griega polis, “Ciudad Estado”, de donde derivan: Politeia, “Estado”, “constitución”, “régimen político”, “república”, politiká, “las cosas políticas o cívicas” y politiké “el arte de la política”.
Con la palabra política se puede estar haciendo mención a la filosofía política, y al arte o práctica de la política.
La filosofía política hace referencia a los principios rectores conforme a los cuales se ha de organizar la sociedad.
Por su parte, la ciencia política (denominada también politología o políticologia) tiene por objeto el estudio científico de los fenómenos relacionados con el fundamente, organización, ejercicio, objetivo y dinámica del poder en la sociedad; según otros, su finalidad es el estudio de todo lo referente al Estado.
Como arte, como técnica o praxis, por último, designa aquellas actividades humanas que se realizan con el fin de obtener o de ejercitar el poder dentro de las estructuras gubernamentales, lo que permite el mantenimiento, reforma o cambio radical de un determinado orden de convivencia. Dicho de otro modo, hace referencia tanto al ejercicio efectivo del poder estatal como a las actividades que se realizan para alcanzar, ejercitar y conservar ese poder.
“La política” (en femenino) hace alusión a una actividad humana, como hemos dicho, mientras que “lo político” (en neutro) es una elipsis referida a la cosa política, que tiene su correlato en expresiones como “lo económico”, “lo social”, ya que, como estas, designa una realidad interhumana, si bien su ámbito se reduce a todo aquello que se crea, mantiene o transforma por la actividad política.
Por extensión, aplicado el término a personas o conductas, política significa, también traza o arte para concluir un asunto empleando los medios necesarios para alcanzar un fin.
Se trata del procedimiento seguido en la administración de algunos asuntos, en las relaciones con los otros y en el gobierno de uno mismo; así se habla de “política energética”, “Política de ventas”, “política de compras”, etc. Otra acepción es el uso del término como sinónimo de habilidad, diplomacia y de astucia para manejar asuntos delicados.
Para el peronismo, la política es el espacio supremo de servicio al bien común, y por tanto un instrumento extraordinario de promoción humana y social.
La Política es, a la construcción social, lo que la filosofía al conjunto de las ciencias humanas.
Para nosotros, la Política el espacio superior de servicio al bien común, y por tanto el instrumento irremplazable para la vehiculización de los valores que componen la esencia del peronismo .Es por eso que podemos transformar la realidad y no solo criticarla.
Efectivamente no somos iguales a otros pensamientos, porque tenemos propuestas que arrancan desde nuestra identidad nacional, y no de las versiones modernistas (cuya propuesta es copiar para “igualarnos a la nueva ciudadanía mundial”) .Por esta razón es que podemos entender lo que pasa en el mundo y lo que significan y representan las nuevas exigencias y tendencias, pero no diluirnos en ellas.
En política, el que no tiene identidad no sabe hacia donde va. Y el que no sabe adonde va, termina en cualquier parte.
Las raíces profundas de la identidad peronista parten de sus principios y valores; y se transforma en Doctrina en la medida en que haya reflexión social y unidad de concepción en los temas centrales, particularmente en lo referido a los principios y valores.
Sin unidad de concepción no puede existir el basamento político-estratégico fundamental para operar sobre la realidad. Y el análisis y la recapacitación permanentes son los componentes sustantivos para la actualización doctrinaria. Sin ella, toda acción política se transforma en ocurrencia individual, oportunismo coyuntural o mesianismo irresponsable.
La política es el instrumento más noble que tenemos para transformar la realidad. Pero sin doctrina -producto de la reflexión social en torno a los principios y valores que suponemos comunes- no se puede hablar unidad de concepción. Por lo tanto no puede haber una estrategia común. En estas condiciones la política puede transformarse en el espacio más tórrido de la corrupción y del uso indiscriminado de medios secundarios que se convierten en fines. Es así como se degrada la esencia de lo trascendente y se reemplaza por lo meramente contingente, violentando su naturaleza y transformándola en una despreciable mezcla de videopolítica, intereses corporativos y hasta de códigos mafiosos.
El peronismo tiene todo lo que hay que tener para revertir esta tendencia. De cada uno de nosotros depende el resultado. El compromiso es de todos, la responsabilidad de cada uno.

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